Cruz Roja descarta gestiones en huelga de sirio en Uruguay
La Cruz Roja Internacional descarta que vaya a hacer nuevas gestiones para traer a Uruguay a la familia de exprisionero de Guantánamo en huelga porque no es lo que él desea
La Cruz Roja Internacional descartó nuevas gestiones para traer a Uruguay a la familia de un exprisionero de Guantánamo en huelga al señalar que eso no es lo que desea.
Miembros del organismo visitaron el jueves al sirio Abu Wa'el Dhiab por primera vez desde que el hombre se declaró en huelga de hambre para presionar al gobierno uruguayo de dejarlo salir a otro país para encontrarse con su familia.
Marianne Pecassou coordinadora de protección de la Cruz Roja Internacional confirmó que meses atrás el organismo trabajó para que la familia de Dhiab lo visitara pero que la gestión se cortó cuando el refugiado dejó el país a mediados de año en un intento por llegar a Turquía.
El exprisionero entró a Brasil y luego reapareció en Venezuela, en donde fue detenido y deportado a Uruguay.
"Las gestiones estaban en curso pero se cortaron en algún momento porque él ya no estaba por aquí y no había manera de hacer un seguimiento", dijo la funcionaria a The Associated Press.
Ese intento se realizó antes de que el sirio declarase su medida de presión.
A una pregunta sobre si la Cruz Roja Internacional realizaría nuevas gestiones para reunir al sirio con su familia, Pecassou lo descartó. "Ahora hay que hacerle caso a él", señaló.
Pecassou manifestó que dos de los seis exprisioneros de Guantánamo que Uruguay acogió en 2014 cuatro sirios, un tunecino y un palestino ya fueron visitados en Montevideo por familiares, con apoyo de la Cruz Roja Internacional.
El gobierno uruguayo reiteró que sigue buscando un país que acepte recibir al exprisionero. Turquía, Líbano y Catar han rechazado esa posibilidad, según las autoridades.
Durante su huelga el sirio dejó de ingerir líquidos algunos días para presionar aún más al gobierno aunque luego volvió a hidratarse para dar tiempo a la búsqueda de una solución.
Estados Unidos ha usado su base en Guantánamo desde enero de 2002 para mantener a sospechosos de vínculos con Al Qaeda y el Talibán.